Desde la existencia de la vida, tanto las plantas, los animales y seres humanos, siempre han sido sujeto de ataques causados por otros organismos, que obligadamente deben nutriste de estos, denominados parásitos.

Para el caso, el animal, planta o el ser humano que alberga parásitos se le denomina hospedador u hospedero.

 

Las regiones tropicales, que por naturaleza albergan la mayor diversidad biológicas, son propicias para que este tipo de interaciones puedan ocurrir, siempre que existan ciertas condiciones ambientales como la temperatura, humedad del suelo y del ambiente, radiación solar, hospedadores intermediarios, entre otras; sumado a las condiciones propias del hospedador, como estado de salud, nutrición y edad, que son variables que pueden determinar en alguna medida el equilibrio entre parásito-hospedador o desencadenar enfermedad.

Este escenario, tiene importancia en el ámbito directo de la producción animal, y en algunos casos la afección a la salud humana por posibles zoonosis.